En su mundo, las cosas se mezclan y se unen de maneras extrañas. La causa y el efecto pueden intercambiarse, lo que puede provocar que el niño sienta las cosas de una manera diferente. Pueden experimentar dificultades para separar los sentimientos interiores del mundo real que les rodea. Por ejemplo, el dolor puede parecerle a un niño como algo que proviene solo del exterior, pero también puede surgir del interior.
El niño tiene una comprensión aproximada de lo que hay dentro de su cuerpo. Perciben todas las partes de su cuerpo como vulnerables y a menudo sienten un gran temor a las lesiones corporales. Por lo tanto, es importante destacar qué parte de su cuerpo será tratada y qué partes no estarán involucradas. Como los niños de este grupo de edad pueden experimentar fácilmente sentimientos de culpa, también es importante explicarles que la enfermedad o la situación no es culpa suya.
Hasta que llegan a la edad escolar, los niños sienten un gran temor a lo desconocido en forma de monstruos, fantasmas o figuras enmascaradas. Por lo tanto, ciertos niños pueden reaccionar con miedo cuando ven al personal sanitario con el cabello cubierto o con una mascarilla quirúrgica.
La preparación de un niño de esta edad debe ser breve y sencilla. Los niños aprenden a través del juego y un "maletín de doctor" puede ser muy útil. Los niños en edad preescolar tienen un sentido limitado del tiempo. Resulta preferible prepararlos a lo largo de una semana y, a continuación, ofrecerles más detalles un día o dos antes de acudir al hospital.